Desplegamos el caballete, preparamos los pinceles, ¡y empezamos!
¿Conoces la sensación de tener en tus manos un lienzo en blanco, listo para estrenar? Tan nuevo e impoluto, esperando a que comiences a dibujar sobre él…
Pues esa misma sensación tuvimos en Mugarri cuando los propietarios de Casa Oliva tocaron el timbre de nuestro estudio.
Te lo contamos.

Nos presentaron su nueva vivienda, recién construida, y lista para empezar a amueblarla. Querían que les ayudásemos a disponer de los elementos esenciales para poder mudarse y comenzar su nueva aventura.
Y así lo hicimos.
El lienzo estaba en blanco, por lo que definimos las necesidades exactas de la familia, y comenzamos a dibujar.


La primera capa estaba llena de luz, con suelos y paredes en tonos claros. Tras ella, dimos paso a una de nuestras partes favoritas: los toques de color.
Escogimos un amplio sofá, con las medidas idóneas para encajar a la perfección en el salón, y lo confeccionamos en color verde oliva. ¡No podría gustarnos más!
Con esta tonalidad como punto de partida, continuamos dando vida a la estancia.



Los tonos naturales brillan en cada rincón del hogar. Desde la alfombra, agradable y resistente a partes iguales; hasta la estantería, que se eleva junto al sofá para almacenar libros y pequeños objetos de decoración.
¿Y qué me dices de la zona de comedor?
Ubicada frente al luminoso ventanal, es perfecta para reuniones y largos aperitivos en compañía familiar.



Tocamos la puerta del dormitorio principal y pasamos para descubrírtelo al detalle.
Mantenemos las líneas claras y luminosas, y escogemos una misma tonalidad para empastar el cabecero, las mesitas de noche, y una funcional cómoda.

Fíjate en los apliques sobre cada una de las mesitas de noche. Son una monada, ¿verdad?
Los fabrica la casa Ineslam y resultan ideales para esos momentos de lectura nocturna.
En cuanto a cortinas y textiles sobre la cama, combinamos pinceladas de tonos amarronados con una apuesta siempre segura: el blanco.


Llegamos ahora a uno de los cuartos más especiales.
Entramos en el dormitorio del más pequeño de la casa, y ya no podemos resistirnos.
Escogemos un precioso papel para revestir la pared principal. En tonos grises y blancos, con estampado geométrico, y firmado por Pepe Peñalver.



Finalmente, el color menta y los tonos blancos se encargan de armonizar por completo el resto de la estancia.
¡Incluso añadimos una cómoda que pertenecía a la vivienda familiar anterior!
Como ya sabes, en Mugarri nos encanta dar una nueva vida a antiguos muebles que pueden ser aprovechados.

Llegados a este punto, hemos cumplido con nuestro cometido en esta vivienda.
El lienzo ya está listo. Hemos dibujado sobre él, coloreado, y puesto a punto para poder disfrutarlo.
Ahora, es el momento de sus propietarios. Les toca comenzar a vivir su nuevo hogar y darle la vida que se merece.
Ahora, les toca a ellos dar las últimas pinceladas.